MUERTE SÚBITA Y DEPORTE

 MUERTE SÚBITA Y DEPORTE



Introducción

Los deportistas representan el estado de máxima salud, por lo que la muerte súbita de un deportista joven es siempre un acontecimiento con un gran impacto social y que origina gran inquietud en su entorno. La muerte súbita puede ser primera manifestación de la enfermedad, por lo que se dificulta la identificación de sujetos en riesgo y su incidencia real es desconocida. Sin embargo, en los últimos años se han identificado diferentes enfermedades Cardio vasculares asociadas con mayor frecuencia a la causa de muerte súbita en deportistas.

 


En el mundo por año la muerte súbita puede llegar a alcanzar cuatro o 5 millones de personas. La definición más aceptada de muerte súbita es la propuesta por el American College Of cardiology, la American Heart association y la sociedad europea de cardiología. Sería la que acontece de forma natural, no violenta, e inesperada, en un intervalo de menos de una hora desde el inicio de los síntomas premonitorios, En una persona con aparente buen estado de salud que se encuentra realizando sus actividades habituales en el momento del suceso fatal. En las muertes no presenciadas o las que ocurre durante el sueño, el fallecido debe haber sido visto por última vez con vida y en situación estable como mucho 24 horas antes de que se lo hallara muerto. La mayoría de la información actual proviene de estudios retrospectivos, y es posible que los certificados de defunción sobre estimen la incidencia en un 200 o 300 % Y que la exactitud alcance solo el 50 %. Sin embargo, los estudios prospectivos en los que hay colaboración entre los servicios médicos y de patología forense son más fiables, y permiten identificar los casos de muerte súbita y realizar la autopsia en el momento de la muerte.

 


Muerte súbita en el deporte.

 

Los casos de muerte súbita de deportistas son un acontecimiento con gran impacto social por ocupar los titulares de la prensa deportiva. La muerte súbita se considera en relación con el deporte cuando sucede durante la práctica deportiva o en la hora siguiente a ella (Boraita A, 1999 - Holst AG, 2010). Algunos datos indican que el deporte incrementa sensiblemente el riesgo de sufrir una muerte súbita durante la realización de una actividad deportiva intensa. La distribución estacional y su mayor frecuencia en determinadas horas del día confirman este hecho en los deportistas de competición ocurren con mayor frecuencia durante el otoño y la primavera y en las primeras horas de la tarde, coincidiendo con las estaciones y las horas en que se desarrollan mayoritariamente los eventos deportivos, mientras que en los de tipo recreativo ocurre en las primeras horas de la mañana y en las últimas horas de la tarde, coincidiendo con los momentos del día en que más se realizan estas actividades (Marón BJ, 1996).

Además, las personas que practican actividad deportiva intensa presentan una incidencia de muerte súbita mayor que las no deportistas (2,3 frente a 0,7 muertes sobre 100.000).

 

Los principales mecanismos involucrados en la muerte súbita en el deporte guardan relación con los cambios hemodinámicos y electrofisiológicos que se produce durante el ejercicio. Durante el ejercicio se produce un aumento de las catecolaminas circulantes, que además se incrementa por estrés que genera la competición y exagera las respuestas de la presión arterial, la frecuencia cardiaca y la contractilidad miocárdica, con el siguiente incremento del consumo miocárdico de oxígeno. Por otra parte, la estimulación simpática puede por sí sola Favorecer la aparición de arritmias o agravar una situación de isquemia miocárdica subyacente. Los cambios ambientales extremos (temperatura, altitud, barométrícos, etc.) y o el estrés añadido que se genera en deportes con elevado componente emocional pueden incrementar significativamente la demanda miocárdica de oxígeno y el riesgo de muerte súbita en deportistas es susceptible (Futterman LG, 1998).

Incidencia.

 

Las enfermedades cardiovasculares son la causa más frecuente de muerte súbita, entre el 74 y el 94 % de las muertes no traumáticas ocurridas durante la práctica deportiva se deben a causas cardiovasculares(Maron BJ., 2000- Basso C, 1999).

 

Incidencia de muerte súbita en deportistas jóvenes (menores de 35 años).

 

El riesgo de muerte súbita en este grupo de edad es excepcionalmente pequeño, pero cuando ocurre siempre es inesperado y con gran repercusión social. Corrado ideal, en un estudio prospectivo izado en Italia en la región del véneto durante 21 años (1979 a 1999), estimaron el riesgo de muerte súbita en varones y mujeres deportistas con una edad comprendida entre 12 y 35 años. Registra 300 casos, 55 Sucedieron a deportistas (2,3 cada 100.000 por año, 2,6 varones y 1,1 mujeres) Y 245 en no deportistas (0,9 cada 100.000 por año), lo que supone un riesgo relativo de 2,5 (intervalo de confianza del 95 %). La incidencia de muerte de origen cardiovascular fue de 2,1 cada 100.000 por año.

 

Parece evidente que las causas de muerte súbita son generalmente congénitas y casi nunca de origen isquémico. Maron et al recogieron información de 387 casos de muerte súbita ocurridos entre 1985 y 2003 a deportistas de competición. La causa más frecuente fue la miocardiopatía hipertrófica, con diagnóstico establecido en un 26,4 % y probable en un 7,5 %.

Los deportistas mayores de 35 años habitualmente realizan actividades deportivas de tipo recreativo, aunque muchos de ellos participan en competiciones a nivel aficionado, y para muchos supone un reto personal, por lo que llegan a entrenar a muy alta intensidad pero, a diferencia de los deportistas de competición, sin un control adecuado. Aunque hay evidencia de que el ejercicio físico de resistencia ejerce un efecto protector contra el desarrollo de arteriosclerosis coronaria y que la probabilidad de padecer cardiopatías isquémicas es menor en los que practican deporte, el riesgo de sufrir un accidente cardiovascular está aumentado durante o inmediatamente después del ejercicio.

 

El reconocimiento cardiológico previo a la participación deportiva.

 

El reconocimiento cardiológico debe estar dirigido a detectar precozmente las enfermedades cardíacas capaces de constituir un riesgo de muerte súbita. Sin embargo, es motivo de controversia en cuanto a los métodos diagnósticos, su capacidad para detectar a sujetos con riesgo y su eficacia para modificar la historia natural de las enfermedades asociadas con muerte súbita. En Italia es obligatorio desde 1982 e incluye una historia clínica personal y familiar, un examen físico y un electrocardiograma, y la incidencia de muerte súbita en jóvenes deportistas ha descendido en un 89 %, De 3,6 a 0,4 muertes cada 100.000 deportistas por año. Además, la eficacia del reconocimiento cardiológico incluyendo un electrocardiograma y una prueba de esfuerzo se ha cuestionado en el estudio de Steinvil Et al realizado en Israel, donde es obligatorio este tipo de reconocimiento desde 1997.


Medidas preventivas.

 


La primera medida que se propone es disponer de Desfibriladores automáticos externos en los estadios y centros deportivos, creando espacios cardio protegidos que incluyen, a ver, La presencia de personal formado en reanimación cardiopulmonar básica. Es cierto que esta medida ha sido en gran parte facilitada por la simplificación de los aparatos Desfibriladores automáticos externos, que hoy prácticamente no requieren Ninguna intervención del personal y tienen algoritmos automatizados para hacerlos funcionar efectivamente.

Otra medida que se propone para prevenir la muerte súbita en deportistas es el diagnóstico precoz de las cardiopatías subyacentes que podrían actuar como sustrato pro arrítmico, mediante la evaluación cardiológica sistémica de deportistas. La prevalencia de enfermedades cardiovasculares potencialmente letales por su riesgo de inducir la muerte súbita en deportistas jóvenes se ha descrito entre el 0,2 y el 0,7% (Corrado D, 2011).

Desde que en la región del Véneto se aplicó en el año 1982 un programa de cribado pre-participación, la tasa anual de muerte súbita de deportistas ha disminuido de 3,6 a 0,4 × 100.000 personas por año; esta reducción se produjo gracias a haber aumentado el reconocimiento de sujetos con cardio miopatías, la incidencia de las cuales aumentó del 4,4 % en 1979 hasta el 9,4 % en 2004. Simultáneamente, las poblaciones de deportistas no evaluados no mostraron cambio alguno en su incidencia de muerte súbita, sugiriendo que la reducción significativa de la mortalidad no se debía a cambios poblacionales sino a una reducción real de las muertes por cardiomiopatías. Esta experiencia no ha sido confirmada, pero datos recientes de un estudio realizado en Israel, así como las importantes limitaciones a la hora de efectuar el registro de muertes súbitas, que se basa en la información de los medios de comunicación y no en los datos de un registro centralizado, limitan su solidez.

 

Por lo tanto, existe actualmente más o menos consenso en que hay que hacer una valoración cardiológica, pero desgraciadamente existe también un debate intenso sobre cuál es serían los componentes ideales de un programa de evaluación sistémica. Ello ha hecho que no se haya adoptado una estrategia de valoración uniforme.

 

En conclusión.



 

Que un deportista haya alcanzado un alto rendimiento no garantiza que esté libre de enfermedad coronaria u otras anomalías cardiovasculares. La incidencia real de muerte súbita entre los deportistas todavía permanece desconocida debido a que la identificación de los casos es insuficiente, aunque es probable que esté subestimada. Los deportistas deben ser educados en materia de salud y sobre los síntomas y signos premonitorios de un evento cardíaco. El reconocimiento cardiológico previo a la participación deportiva disminuye su incidencia, pero los deportistas deben aceptar la posibilidad de que se los pueda excluir del deporte de competición, aunque en muchas enfermedades la evolución se aún incierta y se desconozca qué habría ocurrido si hubieran seguido compitiendo. La medicina forense debe tener un papel muy importante en el desarrollo de estrategias encaminadas al estudio y la prevención de la muerte súbita del deportista, especialmente en los casos en que la causa de la muerte súbita tiene una base genética.

 

Las principales causas

 


Identificables de muerte súbita en deportistas menores de 30 años son la miocardiopatía arritmogénica y la hipertrofia ventricular izquierda severa. Un 30 % son inexplicadas. La enfermedad ateromatosa coronaria asociada al ciclismo fue predominante en mayores de 30 años. Los reconocimientos médicos que se realizan habitualmente a deportistas pueden ser insuficientes para detectar muchos de estos procesos.

 


Para finalizar.

 


Hay una gran dificultad para obtener datos completos de los casos de muerte súbita en deportistas. Los casos de muerte afectan a todos los tramos de edad con una importante prevalencia en jóvenes y en adultos de la quinta década de la vida. Los deportes más frecuentemente implicados en casos de muerte súbita son el fútbol, el ciclismo y el atletismo, posiblemente por ser los más practicados popularmente. La causa más frecuente de muerte súbita a partir de los 30 años es la enfermedad ateromatosa coronaria. Es necesario profundizar en los mecanismos de obtención de los datos casos de muerte súbita y se debe proseguir la investigación para avanzar en métodos más específicos de prevención.

 

Por último, debería implicarse a los agentes deportivos (técnicos, directivos y responsables políticos) para que tomen conciencia de la necesidad de proporcionar información sobre los casos de muerte súbita que les afecten más cercana mente, información que sirva para un mejor conocimiento de los aspectos científicos de la muerte súbita en nuestro medio y para poder establecer estrategias específicas de prevención.


 

Ojalá hayas disfrutado de esta entrada de Blog tanto como yo. En el siguiente Blog nos meteremos de lleno con las respuestas endócrinas al entrenamiento de la fuerza.




Prof. Lucas Viera
Inercia Positiva


Referencias

Manonelles Marqueta P., Aguilera Tapia B., Boraita Pérez A., Pons de Beristain C., Suárez Mier M.P. - Estudio de la muerte súbita en deportistas españoles.

M. Paz Suárez-Mier, Beatriz Aguilera, Causas de muerte súbita asociada al deporte en España, Revista Española de Cardiología, Volume 55, Issue 4, 2002.

Araceli Boraita, La muerte súbita del deportista, Revista Española de Medicina Legal, Volume 37, Issue 4, 2011.

Corrado D, Schmied C, Basso C, Borjesson M, Schiavon M, Pelliccia A, et al. Risk of sports: Do we need a pre-participation screening  for  competitive  and  leisure  athletes?  Eur  Heart  J. 2011;32:934-44.

 

Marta Sitges - Consenso para prevenir la muerte súbita cardíaca de los deportistas. 2012

 

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