LA EVALUACIÓN DEL ENTRENAMIENTO

 LA EVALUACIÓN DEL ENTRENAMIENTO

la evaluación deportiva


CONCEPTO

Evaluar es emitir un juicio de valor, o sea, valorar en función de un resultado previsto. Se trata de comparar lo esperado con lo encontrado y darle un valor. Traspasado a nuestro terreno, hacemos entrenamientos y es necesario decir si han sido buenos, si el sujeto se ha adaptado o no, si se han conseguido los objetivos o no. La evaluación nos certifica la adquisición de los objetivos ya sean de una sesión, programa o planificación.

LA EVALUACIÓN CONTINUA

Si tenemos en cuenta los pasos del proceso, vemos primero la planificación, programación, la sesión y finalmente la evaluación que controla todos los pasos y momentos del proceso. La evaluación cierra el proceso, sin ella, nuestro trabajo pierde efectividad y rigor. La evaluación nos permite acordar la intención con la acción, lo esperado con lo conseguido. Asimismo, nos permite redirigir nuestra acción constantemente hacia la consecución del objetivo general de nuestra Preparación Física. Esto sólo será así si aplicamos la evaluación continua. Ésta está formada por tres momentos; evaluación inicial, formativa y final. La evaluación inicial sirve para conocer el nivel de salida de nuestros entrenados. Nos permite enunciar objetivos realistas y alcanzables. La evaluación formativa nos permitirá confirmar que todo va funcionando según lo previsto para la consecución del objetivo general. Si no es así, nos permite retocar el rumbo del proceso, detectando dónde está el error. La evaluación final es aquella que nos permite verificar si se ha alcanzado, o no, el objetivo general.

¿QUÉ EVALUAMOS?

No debemos limitarnos a evaluar los rendimientos de nuestros atletas. Debemos acogernos a una óptica mucho más amplia. Debemos evaluar todos los agentes y recursos utilizados en el proceso de la Preparación Física. Éstos son: - El rendimiento de nuestros atletas. - Nuestra acción. La validez de nuestros planteamientos y cómo los llevamos a cabo. Esto lo podemos conseguir de distintas formas. Una pueda ser a base de tests anónimos donde nuestros atletas respondan a las cuestiones que nos interesen sobre nuestro trabajo. Otra forma es pedir la evaluación, crítica y revisión de nuestro trabajo a otros colegas. - El diseño de las sesiones, programa y planificación. El correcto planteamiento de cargas, la adecuación de los métodos utilizados... - El sistema de evaluación utilizado. Si observamos la evaluación de una forma más global, nos permitirá mejorar constantemente nuestra labor. Planificar, programar, diseñar sesiones y evaluarlo todo no nos garantiza al 100% el éxito. Lo que sí hace es minimizar la posibilidad de que el azar juegue un papel protagonista por lo que se refiere al resultado de nuestro trabajo.

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FUNCIONES DE LA EVALUACIÓN

¿Qué podemos conseguir a través de ella?

Además de los visto hasta el momento, podemos: 

- Valorar el proceso de la Preparación Física. 

- Diagnosticar el momento de forma y la adaptación de un sujeto a las cargas de entrenamiento. 

- Agrupar y clasificar a los sujetos según su nivel. En el intento de individualizar el entrenamiento podemos crear grupos de trabajo con un nivel similar. 

- Motivar e incentivar. El conocimiento de los resultados puede ser un factor motivante para seguir trabajando. 

- Orientar y pronosticar a los entrenados según los resultados obtenidos. 

- Detección y selección de talentos deportivos.

QUÉ FORMAS DE EVALUACIÓN EXISTEN

Anteriormente decíamos que hay que evaluar a todos los agentes responsables del proceso de la Preparación Física. Esto nos lleva a que hay dos formas de evaluación: la heteroevaluación y la autoevaluación.

La autoevaluación hace referencia a cuando uno se evalúa a si mismo. Es importante ser objetivo, no “pedirse” ni “regalarse” nada. Este nivel de reflexión es adecuado en atletas de nivel y con unos años de experiencia. 

Es bueno y a menudo cierto creer que cuando un alto % de tus entrenados no mejoran, el fallo lo cometes tú. 

La heteroevaluación, en cambio, hace referencia a cuando somos evaluados por los demás. Las posibilidades se reducen a tres: 

1.- Entrenador–deportista. Es la situación más habitual. 

2.- Deportista–entrenador. Para tomar información sobre nuestro propio trabajo. 

3.- Deportista–deportista. Es decir, cuando hay correcciones o valoraciones entre los propios atletas. 

CLASES DE EVALUACIÓN

Disponemos de tres clases de evaluación: Objetiva, Subjetiva y Mixta. Estas tres dan lugar respectivamente a tres tipos de procedimientos de evaluación: de experimentación o rendimiento, de observación y mixtos. 

La evaluación objetiva es aquella en la que medimos parámetros cuantificables y medibles, donde el juicio de la persona que efectúa la medición no afecta para nada al resultado de la medición. Se utilizan aparatos de medición exactos: básculas, cintas métricas, cronómetros... Este tipo de evaluación da lugar a los procedimientos de experimentación o rendimiento. Son los tests que a continuación desarrollamos. La condición física y sus componentes son, por suerte, medibles y por ello los tests serán nuestro gran recurso evaluador. 

La evaluación subjetiva es aquella que depende únicamente del juicio del evaluador. Dependiendo de quien observe, darán juicios diferentes. El juicio se basará en la experiencia personal y, por lo tanto, estará afectado de factores emocionales. Esta clase de evaluación da lugar a procedimientos de observación. Aquí se emiten juicios en forma de adjetivos o a veces de forma numérica (mal, regular, bien, muy bien... del 0 al 10). 

La evaluación mixta se dará cuando combinamos las dos clases anteriores. Se pueda hacer el traspaso de datos subjetivos a objetivos y viceversa.

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APLICACIÓN DE LOS TEST EN LA TEMPORADA

El momento en que debe aplicarse un test depende de su finalidad. Los test pueden ser útiles también posteriormente a una cantidad limitada de entrenamiento de la condición física o después de un período de pretemporada. Además, los test pueden aplicarse antes y después de un período sin entrenamiento regular, por ejemplo, las vacaciones. 

Los test deberían ser aplicados: 

- Al principio de la temporada, para ver de que base partimos; 

- A mitad de la temporada y al final de la misma, para conocer los niveles alcanzados de rendimiento y preparar el inicio de la nueva temporada. 

Los test de la condición física nos darán los niveles de las Capacidades Físicas que el deportista ha conseguido hasta ese momento. Son test específicos, es decir, cada capacidad tendrá unos test concretos para valorar sus niveles de rendimiento. Además van a ser cualitativos, ya que miden siempre una cualidad de trabajo. 

Nos darán así el valor de la condición física del sujeto en ese momento de la temporada o vida deportiva. 

De ahí que sea relevante la presentación o creación de una BATERÍA DE TESTS O PRUEBAS DE FITNESS y que éstas sean aplicadas al mayor número posible de sujetos. La selección se orienta por: 

- El concepto de fitness como estado general de la condición, 

- En consideración de diversos grupos anatómicos de músculos ejercitados prioritariamente y diversas facultades motrices como fuerza, velocidad, resistencia y agilidad, 

- Aparte del área de aplicación para más de una disciplina ya sean de rendimiento o de salud, 

- Un instrumental relativamente reducido y económico.


Prof. Lucas Viera

INERCIA POSITIVA

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